08 mayo 2013

PISANDO FUERTE: CON MIS NIKE AMARILLO FLÚOR

Hace unos días me puse a revisar mi fondo de armario “zapatíl” y me di cuenta de que necesitaba unas deportivas nuevas. Bueeeeeno, vaaaaaale, no exactamente… me di cuenta de que quería unas deportivas nuevas aunque he de decir en mi defensa (si es que los caprichos tienen defensa posible) que hacía años que no me compraba ningunas. 

Evidentemente quería una deportivas para salir porque para mí los gimnasios son tierras hostiles y la verdad no suelo frecuentarlos. Una deportivas de esas que mi novio llama “fashionistas” para combinarlas con diferentes tipos de estilismos. 

Tenía claras tres cosas: una, quería que hicieran un pie pequeño (no me gustan las deportivas que te aumentan el pie en tres tallas); dos, quería que fueran de un color ponible y combinable con alguno de los bolsos que ya tengo; y tres, quería que tuvieran algún detalle en color flúor (porque ahora me ha dado por los colores flúor, sin comentarios). 

En un primer momento pensé en comprarme una New Balance pero: uno, se me pasaban ampliamente de presupuesto; y dos, no soy tan “hispter” amigas mías. Me las probé pero no terminaba de verme con ellas (y menos mal porque si no mi tarjeta lo habría pasado francamente mal).

Así que seguí buscando. Primero por Internet pero tampoco logré ver nada que me enamorara o las veía muy grandes o demasiado llamativas o sencillamente no me fiaba de cómo serían los colores en el mundo real (porque todos sabemos que muchas veces las fotos engañan). Por lo que decidí pasar al cuerpo a cuerpo, lanzarme a recorrer tiendas y cual Cenicienta probarme todas las deportivas que cayeran en mis manos. 

Y tras una tarde de incesante búsqueda por el centro de Madrid mis esfuerzos dieron sus frutos. En cuanto entre en FootLoocker y las vi me enamoré irremediablemente de ellas. Eran justo lo que había estado buscando: pequeñas, discretas, de un gris muy ponible y combinable y con un pequeño detalle flúor.


Eran sencillamente perfectas, un modelo exclusivo de Nike para FootLocker y sólo quedaba un único par del número 38 en toda España, ese. Así que no me lo pensé mucho y me las traje para casa porque ya había mirado mucho, sabía que no iba a encontrar unas que me gustaran más y si no las compraba en ese momento era posible que me quedara sin ellas.


Después de probármelas tranquilamente en casa pensé que un poquito más de flúor no las vendrían mal así que decidí cambiarles los cordones por unos a juego con la suela y la etiqueta que perfectamente pueden volver a ser blancos (y más discretos) cuando se pase la moda flúor.



Y sobra decir que el cambio es espectacular si hasta parecen otras zapatillas (las fotos no le hacen justicia porque apagan mucho el amarillo flúor).


Sencillamente me encantan y sé que las voy a combinar muchísimo con mi colección de jerseys, camisetas y foulares flúor que próximamente os enseñaré en otros posts.
 

¿Y a vosotras cómo os gustan más con los cordones blancos o con los cordones amarillos?

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