Siempre desde tiempos inmemoriales, bueno no, realmente
desde que se pusieron de moda he soñado con tener unas UGG pero los casi 300€
que cuestan han sido una barrera infranqueable. Por eso hace un par de años
cuando estuve en Londres me traje bajo al brazo a sus gemelas de la marca Skecher,
que todo sea dicho me han dado un resultado magnífico pero que ya están un poco
viejitas por toda la tralla que les he dado.
Por eso cuando la última semana de diciembre Vente Privée lanzó
una venta de especial de la marca EMU pensé que era buena ocasión para hacerme
un auto regalo de Reyes al tiempo que renovaba mi fondo de armario zapatíl.
Y pensado y hecho, a las 9.00 hrs. del día 27, ratón en mano
me sumergí en la página francesa y luché, porque aquella venta era la guerra,
os lo aseguro, por hacerme con algún par de marca australiana.
Finalmente resulté victoriosa y conseguí colar en mi cesta
dos pares que juntos no me han costado ni la mitad de lo que me costarían unas
UGG y que ya se han convertido en unos de mis esenciales para el invierno, una
que es friolera, que le vamos a hacer.
Por eso si vosotras también lo sois os recomiendo efusivamente
que os hagáis con unas botas tipo UGG, no tienen por qué ser las originales,
hay muchas otras marcas como las que os he comentado infinitamente más baratas
e igual de buenas. Algunas personas las encuentran horrorosas, pero a mi personalmente
me gustan y me parecen super cómodas y calentitas porque son prácticamente como
zapatillas de andar por casa.
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